La disponibilidad de agua por habitante está previsto que caiga a la mitad en el mundo árabe de aquí a 2050 ante la coincidencia de un descenso de las precipitaciones y un aumento de la población, advirtió hoy el Banco Mundial (BM).
Las previsiones ofrecidas en la presentación del informe ‘Sacar el máximo provecho de la escasez’ en árabe y en francés indican que aunque se mantenga el nivel actual de recursos hídricos la explosión demográfica de la zona y una reducción de al menos el 20 por ciento de las lluvias van a agravar una situación ya considerada ‘crítica’.’
Todo el mundo sabe que hay muy poca agua en la región, pero si lo analizamos de cara al futuro vemos que no va a haber un aprovisionamiento suficiente de la demanda’, aseguró en la presentación del informe Julia Bucknall, especialista en recursos naturales del BM.
El análisis destaca que en los países de Oriente Medio y el Norte de África (MENA) se da una sobreexplotación de los recursos renovables y que el coste de los problemas medioambientales ligados al agua se sitúa anualmente entre el 0,5 y el 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
El BM subraya además que aunque el gasto público dedicado al agua porcentualmente es elevado y en países como Marruecos entre 2000 y 2005 se alcanzó una media del 3,6 por ciento del PIB, cabe preguntarse si el rendimiento de esa cantidad es adecuado.Asimismo, incide en que aunque la gestión de ese ámbito es complicada porque ‘los costes se dan a corto plazo y los beneficios a largo’, las autoridades conocen los problemas a los que se enfrentan pero deben incrementar el ritmo de reformas para abordarlos.
El impacto social de las soluciones previstas, la necesidad de implicar a un amplio número de sectores y la presión de ciertos grupos para mantener el status quo figuran entre los obstáculos citados por la organización para el avance de los cambios necesarios.
Uno de los sectores más ‘difíciles’ es a su juicio el agrícola, responsable del 85 por ciento del consumo total de agua en la región, y al que se le recomienda una reducción en el uso de ese bien, un incremento de las inversiones para minimizar las pérdidas y políticas que impongan límites a las cantidades utilizadas.
Ante la complejidad de la situación los expertos del BM abogan por un enfoque multisectorial que prevea una mejor planificación de ese recurso antes de que, según otro de los especialistas, Hassan Lamrani, ‘la llegada de la crisis obligue a tomar medidas de manera brusca’.
No obstante, la institución se mantiene ‘optimista’, ante la creencia de que existen las soluciones técnicas y políticas necesarias, la región tiene según ella ‘una larga historia de adaptación a la penuria’ hídrica y todavía se está a tiempo de gestionar el problema con una buena previsión.
Artículo leido en http://www.natura-medioambiental.com